Tengo muchas deseos de leer a autores inéditos y contemporáneos del 2019, y mientras lo hago, crítico, a veces, pienso, creo que escribo mejor, o a veces me siento un fiasco. Y la verdad nunca he sido insegura antes conmigo misma y tan crítica y perfeccionista. Aunque en la mayoría de casos lo soy, ni con mi tesis, llegué a tanto. Pero a la verdad tengo miedo.
Miedo de este sueño, el sueño de mi juventud. Ni mi carrera de médico me ha producido tal magnitud de temor. Siento que me estoy aventando por un precipicio a probar a si lo hago bien o mal y es mi alma, mi alma intachable hasta ahora la que corre grave peligro. Qué terror y dudas me producen estos sentimientos contradictorios. Un día, es la mejor historia y el otro es la peor y le falta mucho. Y así ando en este vaivén de sentimientos que me detienen un día y el otro me animan. Y un día me dicen, será un largo camino y el otro será fácil. Será que esto nos sucede con los sueños que tenemos, los reales y apasionados, nuestros propios sueños. Lo que siempre hemos anhelado. Siempre ando con el pensamiento, lo que tiene que ser, será. Será normal de escritores. Por qué si es mi sueño. Por qué no lo entiendo.
No hay peor crítico que un perfeccionista a sí mismo. Si yo sola me destrozo para que más.
Venciendolos cada día en eso andamos.
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